Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz

En la segunda mitad del siglo XVIII, un avispado ingeniero vienés llamado Juan Jorge Graubner, atraído por la noticia de la existencia de una mina de calamina (la mina de la que se extrae el cinc que, al mezclar con el cobre produce el latón) llega a Riópar.

Juan Jorge Graubner llega a Madrid en 1.758, a la edad de 22 años. Tras trece años de trabajo e invenciones metalúrgicas y maquinarias para distintos fines, en 1.771 llega a Riópar por primera vez e inspecciona la mina. Desde entonces, la historia de Riópar se identifica plenamente con la de sus fábricas.

Juan Jorge Graubner vuelve a Madrid entusiasmado y lleno de ambiciosos proyectos. Llega a la Corte y tiene la suerte de encontrar enfrente a un rey como Carlos III, que inmediatamente se dio cuenta de los beneficios que podría conseguir España con las ideas de este vienés. Rápidamente concede las primeras gracias y franquicias a Graubner, y las fábricas son creadas oficialmente por Real Cédula el 19 de Febrero de 1.773.

Las fábricas de Riópar se convierten así en las primeras creadas en España y las segundas en el mundo, puesto que en esta época sólo existían las de Goslar (Hannover).

Graubner decide poner dos centros productivos. Uno, San Juan, junto al arroyo Gollizo (El Royete), que fabricaría los objetos de latón y otro, San Jorge, junto al río Mundo y debajo de la mina, donde se harían todos los trabajos del cobre labrado y la extracción de cinc.

Ambos estaban enclavados en lugares solitarios y a más de media hora del pueblo, lo que no era idóneo para albergar a los obreros. Entonces Graubner inicia en San Juan la construcción de un pueblo moderno, que pronto alojaría a la mayoría de los habitantes de Riópar. Un pueblo que pasa a llamarse Fábricas de San Juan de Alcaraz, posteriormente Fábricas de Riópar, y que actualmente toma el nombre del municipio, Riópar, y renombra al antiguo pueblo como Riópar Viejo.


En el año 1.781 y no tras pocas dificultades, se echó todo el agua del río Mundo por la presa de Laminador, ya terminada, causando el movimiento de la rueda y máquinas del martinete de cobre. Desde ese momento, el complejo fabril de Riópar entra verdaderamente en funcionamiento.

Los productos fabricados en Riópar han cosechado las más altas distinciones y han ganado medallas de oro, plata y bronce en distintas Exposiciones Internacionales, como las de Madrid (1.850), Londres (1.862), Filadelfia (1.876), París (1.878), Barcelona (1.888)… Obtuvieron también la gran medalla de oro del Consejo Superior de la Sociedad Científica Europea de París.

A lo largo de estos ciento cincuenta y seis años, como es de suponer, han existido épocas buenas y malas, fracasos y acierto. Ppero de lo que sin duda ha quedado constancia es del buen hacer de las gentes que han trabajado en las fábricas, de su carácter pionero en la industria metalúrgica española. En 1.869 son las primeras en la fabricación de cartuchos Rémington.
Pese a la desaparición de estas fábricas, la tradición del bronce sigue ligada a este municipio y son numerosos los establecimientos dedicados a la venta de objetos decorativos de bronce.


Enlaces de interés:
Asociación Amigos de las Reales Fábricas de Riópar

La Real Fábrica de Bronce de Riópar: un hito industrial que se convertirá en hospedería